El consumo de edulcorantes no solo no contribuye a la pérdida de peso, sino que a largo plazo podría promover la obesidad.
Los edulcorantes artificiales, como el aspartamo, la sacarina y el sucralose, aparecieron hace varias décadas como una alternativa al azúcar que podría ayudar a combatir o prevenir el sobrepeso y la diabetes.
Los efectos negativos del azúcar que querían ocultarte Sin embargo, cada vez más estudios se preguntan no solo sobre su eficacia, sino también sobre su impacto en la salud. Te contamos sobre los últimos datos que los científicos están manipulando y las diferentes vías de investigación en las que están trabajando para explicar por qué los edulcorantes podrían promover la obesidad y diversos trastornos asociados.
¿Ayudan los edulcorantes artificiales a perder peso?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Manitoba (Canadá) analizó más de 11,000 estudios publicados en los últimos años. Entre ellos, decidieron centrar su trabajo en la revisión de siete ensayos clínicos y 30 estudios a largo plazo.
Los datos de los ensayos clínicos han demostrado que el consumo de edulcorantes artificiales no causó una pérdida de peso significativa en más de 1,000 personas que participaron. Los sustitutos del azúcar no tuvieron ningún impacto en el índice de masa corporal (IMC) de los participantes.
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El índice de masa corporal es una de las herramientas utilizadas para determinar si una persona tiene un peso adecuado. Se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) por la altura (en metros) al cuadrado. En el caso de un adulto, si el resultado es igual o mayor que 25, se considera con sobrepeso. Y si es igual o mayor que 30, obesidad.
«Los ensayos clínicos se consideran el estándar de la investigación médica», explica la Dra. Meghan Azad, jefa del trabajo y profesora de esta universidad canadiense. Por lo tanto, los datos se consideraron lo suficientemente grandes como para analizar también lo que sucedió en los estudios a largo plazo.
Riesgos para la salud de los edulcorantes artificiales
Los científicos revisaron datos de más de 400,000 personas que habían participado en estos 30 estudios y que fueron seguidas durante un promedio de 10 años. Y lo que encontraron fue que el consumo de edulcorantes no solo no contribuyó a la pérdida de peso, sino que a largo plazo, esto podría promover la obesidad.
Aunque se necesita más investigación para demostrar una relación causal, los autores de esta revisión encontraron que los participantes que consumían regularmente edulcorantes artificiales tenían un mayor riesgo a largo plazo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
Sin embargo, la investigación canadiense no está sola en conocer los posibles peligros de los edulcorantes artificiales. Estos no son estudios aislados, sino revisiones sistemáticas de todos los estudios publicados sobre el tema realizados entre 2016 y 2017″, confirma Eduard Baladia, de la Revista de Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
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Además del aumento de peso corporal, «estos estudios de revisión también indican una posible relación entre el consumo de edulcorantes no calóricos y un mayor síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares, entre otros», agrega este dietista-nutricionista.
El síndrome metabólico es un grupo de trastornos que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Se caracteriza por:
- Hipertensión.
- Alta glucosa en sangre (prediabetes).
- Altos niveles de triglicéridos.
- Bajos niveles de colesterol «bueno» o HDL.
- Exceso de grasa en la región abdominal, alrededor de la cintura.
Varios de los estudios comentados por Baladia se llevaron a cabo sobre el consumo de bebidas gaseosas y sugieren que tanto las que contienen azúcar como las endulzadas artificialmente estarían asociadas con un mayor riesgo de padecer estas enfermedades. «El mayor consumo de edulcorantes se realiza a través de bebidas azucaradas y bebidas energéticas», advierte el experto.
Por lo tanto, para evitar posibles riesgos, es recomendable «volver a beber agua, revisar todos los comportamientos poco saludables y modificarlos poco a poco, de la mano de un experto».
¿Cuáles son los efectos perjudiciales de los edulcorantes artificiales?
Aunque el mecanismo por el cual los edulcorantes artificiales promueven estos trastornos aún no está muy claro, la investigadora canadiense Meghan Azad destaca varias hipótesis en las que trabajan:
- Cambian el sabor. Aunque no tienen calorías, los edulcorantes artificiales son mucho más dulces que el azúcar. El aspartamo, por ejemplo, es 150 a 200 veces más dulce que el azúcar. Por esta razón, según Azad, su consumo puede fomentar el gusto por lo dulce.
- Relajación de hábitos. Las personas que consumen frecuentemente edulcorantes artificiales o productos que los contienen tienden a pensar que compensan con otros alimentos poco saludables o que pueden tomar más cantidad «porque no tienen calorías totales». Según el dietista-nutricionista Eduard Baladia, «la explicación más probable es que las personas que eligen consumir bebidas azucaradas, por ejemplo, tienen un estilo de vida más pobre».
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- Alteran la flora intestinal. Esta otra teoría sostiene que los edulcorantes artificiales podrían alterar las bacterias intestinales y cómo están involucradas en la digestión de los alimentos, afectando el metabolismo del cuerpo. «Es posible que las personas que consumen muchos edulcorantes no calóricos, como suele ser el caso si se consumen muchas bebidas azucaradas, tengan su flora intestinal modificada y, en consecuencia, se alteren los marcadores metabólicos», explica Baladia, aunque considera que esta hipótesis es menos probable.